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La discografía de Muse rankeada según la metacrítica

Aquí vemos graficada la discografía rankeada de Muse, tomando como base las reseñas especializadas. Su época de oro es a inicios del 2000, mientras que sus últimos álbumes no han sido muy apreciados por la crítica.

Muse: albumes rankeados critica

La banda de Matt Bellamy (voz y guitarra), Chris Wolstenhome (bajo, coros) y Dominic Howard (batería) parece haber reducido su impacto a lo largo de los años. He excluido de este rank el Hullabaloo Soundtrack de 2002, ya que no es propiamente un disco de estudio sino un compilado con rarezas y en vivo.

¿Los mejores discos de Muse?

No sorprende para nada que Origin of Symmetry (2001) y Absolution (2003) estén empatados, pues la leve diferencia a favor de uno sobre otro se origina en la valoración de usuarios. Origin of Symmetry tiene tintes progresivos, experimentales, noise y pop con tracks como Hyper music, Plug in Baby, Bliss o el cover clásico de Feeling good. En mi opinión, Absolution, el tercer disco de Muse, debería llevarse las palmas: es un trabajo excelentemente producido, con tremendas canciones como Butterflies and hurricanes, Stockholm syndrome, Hysteria y Time is running out.

Black holes and Revelations de 2006 se ubica en un tercer lugar: es el primer disco de Muse que se aventura en un pop rock más ligero, que sin perder frescura fue efectivo. Tracks como Starlight, Map of the problematique y Knights of Cydonia son clásicos de su repertorio.

El debut Showbiz (1999) aparece bien valorado, cosa que me ha sorprendido: ni sus canciones ni su producción es la mejor de la banda. Efectivamente, sonaban más a un spin off del Radiohead de The Bends antes que a una banda con identidad propia. Muscle museum y Sunburn son los must listen.

¿Cuáles son los peores discos de Muse?

No es que sea de lo peor, más bien The Resistance fue en 2009 un trabajo bien recibido. Uprising fue un buen ejemplo de single. United States of Eurasia adelantó una de las estrategias de Muse de aquí en más: la grandilocuencia orquestal. Y creo yo que es el último trabajo que me interesó de Muse, pues desde aquí dejé de seguirlos.

Drones de 2012 es un disco sin creatividad lírica que intenta abordar temáticas relativas a un complot mundial. Escribo que “intenta” porque sus letras no tienen ningún tipo de poesía o elaboración. Tampoco la música es original: Muse recurre a sus trucos de siempre. Drones es en mi opinión su peor producción.

The 2nd Law: el primer signo de agotamiento. Celebrado por algunos fans, fue el último trabajo con el que supe que ubicaron hits como Madness o Panic station. Pero aún así el disco no fue sólido, sino más bien una serie de tironeos estilísticos que en mi opinión ni siquiera ha resistido el paso del tiempo entre los fans de la banda,

Y por último, lo más de lo menos: Simulation Theory de 2018. Muse se volvió una banda que saturó con sus intentos de grandilocuencia, sus puestas en escena enormes y pretenciosas, finalmente confiadas a un synth rock/pop ochentoso que no hacía nada por nadie. Quizás ese fuera el problema de Muse: intentar seguir olas de moda a las que encima llega un poco tarde.

Lejos quedó el Muse que pensaba sus arreglos y no pensaba meramente en impactar, sino en cómo hacer música compleja que fuera atractiva y al menos generara odio a los fans de Radiohead

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