Revisamos aquí la discografía de Smashing Pumpkins según sus puntajes en la metacrítica. Sus mejores y peores discos detallados en este chart, según las 131 reseñas relevadas en AlbumOfTheYear.
El 10 de julio de 2020 se cumplieron trece años de la salida de Zeitgeist, disco debut de “Smashing Pumpkins 2.0″ (o 0.5, según sus menos adeptos). Con fuertes cambios en su formación, este disco “de regreso” fue visto por muchos como una traición a la trayectoria de la banda.
¿Lo mejor de los Smashing Pumpkins?
Siamese Dream está en la cúspide de este ranking. Fresco, accesible, con hits, es el segundo disco de la banda liderada por Billy Corgan y el que los llevó a la cresta de la ola. Se dice que aún en este trabajo los aportes del guitarrista James Iha y sobre todo de la bajista D´arcy aún eran escasos. De hecho, en el debut Gish todo lo manejó Corgan.
En tercer lugar el tercer trabajo, Mellon Collie & The Infinite Sadness: un disco doble enorme, grandilocuente, orquestado, ambicioso. Clásicos como Bullet with butterfly wings, Zero, 1979 o Tonight Tonight le valieron a Smashing Pumpkins el reconocimiento y que 1995 fuera su año.
Otra gran sorpresa es encontrar al disco “oficial pero extradifícil de conseguir” Machina II: Friends and Enemies of Modern Music. Este disco que no contó con lanzamiento físico en sí, supera a su antecesor inmediato Machina/The Machines of God, que es de lo que más disfruto de Smashing Pumpkins.
1998 fue un año de reformulación, con la salida del mágico baterista Jimmy Chamberlin, quien es un elemento característico del sonido de la banda de Chicago. Este disco Adore cuenta con la participación del actual batería de Pearl Jam, Matt Cameron.
Lo peor de Smashing Pumpkins
La segunda etapa de los Smashing Pumpkins está categorizada como la menos trascendente. El hecho de que Oceania (2012) sea un buen trabajo no le alcanzó para reconfigurar a la crítica. Para esa época, la banda contaba únicamente con Corgan como integrante original y además no sacaban LPS, sino singles que formaban parte del proyecto sin dirección Teargarden by Kaleidoscope. Para esa época ya podíamos llamarlo Billy “Caprichito” Corgan.
El peor disco de los Pumpkins en mi opinión es Monuments to an Elegy: casi sin canciones destacables y con la descabellada idea de poner en la batería a Tommy Lee (de Mötley Crüe), que en dinámica no puede llegarle a los tobillos a Chamberlin ni a su reemplazo Mike Byrne (que al menos hacía lo que podía con dignidad).
Y en los tres últimos lugares encontramos a su última entrega, Shiny and oh So Bright Vol 1: No Past, No Future, No Sun, Machina/The Machines of God y Zeitgeist. Creo que, de pegar una actualizada a esas reseñas de AlbumOfTheYear, al menos estos dos últimos discos serían revalorados como portadores de una propuesta quizás demasiado abrasiva, pero buena al fin, con canciones y temáticas que bien se ajustan a los días de hoy.
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